Inteligencia y sentidos de las aves

La inteligencia de las aves bien se ve asociada con la definición clara de la propia inteligencia y su medición y pues bien, decimos que tradicionalmente las aves popularmente han sido consideradas en cierto modo inferior en lo que inteligencia se refiere con respecto a todos los mamíferos.

Aparte también podemos observar distintos términos un  tanto peyorativos el cual hace referencia clara a lo que se refiere como la inteligencia de estas aves, como Cerebro de ave o bien cabeza de chorlito, pavo o guanajo son usados de manera diversa en muchas culturas de nuestro mundo.

En todos lados se conoce que las aves poseen dotes de manera instintivo y pues altamente complejo ya que su inteligencia es limitada según muchas fuentes y/o investigaciones por muchos sabios o bien científicos de la época.

Los estudios y las aves

Tal y como estas percepciones no son consideradas científicamente actualmente validas, precisamente podemos decir que hay una gran dificultad a la hora de definir o bien medir la inteligencia, esto se torna difícil al momento del estudio científico del tema.

Hablando anatómicamente el cerebro de las aves es relativamente grande comparado con el tamaño de sus cabezas, en el sentido visual y a su vez auditivo están muy bien desarrollados comparándola con la mayoría de las especies.

Pero mientras que estos están desarrollados hablamos de los sentidos táctiles y olfativos, solo están “bien” desarrollados en un pequeño grupo de estas especies de aves y pues esto se logra ver durante el vuelo.

El pico y los pies son usados por estas para ellas poder manipular objetos o bien alimentos y pues estas aves pueden comunicarse gracias a distintas señales visuales que se ven a través del uso de los llamados cantos y pues la medición de la inteligencia se basa por lo tanto en el estudio de los estímulos realizados o bien acciones realizadas por las aves.

Precisamente por ello se han llegado a diferentes conclusiones, y pues el estudio de las aves suele ser muy difícil por el hecho de que hay que tener una paciencia increíble por parte de los científicos para así estar pendiente de sus gestos y lo que hacen diariamente estos animales tan preciosos que normalmente nos encontramos en nuestro hábitat.